Tras un mes de paralizaciones, el Ecuador enfrenta una etapa de transición política y social. En conversación con el espacio Manavisión Plus, la exasambleísta Marjorie Chávez reflexionó sobre los efectos del paro, el papel de la CONAIE, la necesidad de reconstruir la institucionalidad y el debate que genera la consulta popular y el eventual proceso constituyente.
-Recién acabamos de salir de una movilización, un paro de 30 días. ¿Cómo afectó esto a la economía del Ecuador, especialmente a las provincias donde se dieron los incidentes? ¿Qué hacer para lograr una pronta recuperación antes de que termine el año?
Si bien hubo provincias más afectadas que otras, recordemos que la nación es indivisible, es decir, nos afecta a todos. Las demandas sociales no se invalidan por la violencia, pero la violencia sí deslegitima esas demandas, y creo que cada vez la sociedad lo entiende mejor.
Luego de 31 días de paro, en general, el país tiene nuevamente una sensación de calma. Si bien en ciertos lugares hay descontento con la finalización, creo que la voluntad de la mayoría ha imperado y hoy intentamos recuperar la normalidad.
Estamos en un proceso de transición. La gobernabilidad no se mide por coyuntura, sino cuando los motores sociales vuelven a encenderse. Tenemos daños materiales, lamentables pérdidas humanas, heridos, y debemos entender que la protesta es un derecho, pero la paralización indefinida no puede ser la norma.
Ahora debemos levantar la institucionalidad, no solo retomar actividades. La CONAIE es necesaria, pero el país necesita la mejor versión de la CONAIE, una que dialogue, no que divida; que entienda que su poder está en abrir caminos de desarrollo, no en cerrar carreteras.
-Esta finalización del paro llega a pocos días de la consulta popular. ¿Qué lectura le deja este contexto?
Podemos hacer varias lecturas políticas, pero lo cierto es que ahora, como ciudadanía y como medios, tenemos la obligación de informar con calidad y responsabilidad. Debemos tener claro que una Constituyente no es solo derechos, es política y futuro.
Necesitamos analizar qué significa el proceso, qué temas se van a debatir y cuáles no. No se trata de estar a favor o en contra, sino de preguntarnos qué país queremos construir.
-En la consulta se pregunta si los ecuatorianos están de acuerdo con convocar a una nueva Asamblea Constituyente. ¿Es necesaria una nueva Constitución en este momento?
La cuestión no es si debe haber o no una Constituyente, sino para qué. Hay temas que sí pueden modificarse: las estructuras legislativas, el rediseño del Consejo de Participación Ciudadana, la independencia judicial, el régimen económico y tributario, y la transparencia en el control de recursos.
Personalmente creo que sí es necesario abordar estos temas. Es una oportunidad para mejorar lo que tenemos, con responsabilidad. Hay artículos que han sido favorables, pero las constituciones responden a fuerzas de poder y coyunturas. Por eso es tan importante elegir buenos actores que escuchen a la ciudadanía y actúen con ética.
–El presidente Noboa ha propuesto reducir la Constitución actual de 444 artículos a cerca de 180. ¿Es posible?
Sí, es posible. Nuestra Constitución es una de las más extensas de América Latina. Es muy reglamentaria. No se trata del número de artículos, sino de la calidad del contenido. Entonces, no es que queremos una Constitución que ya venga hecha a la carta.
La Constitución actual tiene temas que deben revisarse, como la seguridad, la designación de autoridades o el sistema económico. Debemos definir qué competencia asume cada nivel del Estado sin interferencias, con reglas claras y metas medibles.
-¿Cuáles serían, a su criterio, los tres principales vacíos de la actual Constitución?
Primero, es excesivamente reglamentaria. Segundo, el Consejo de Participación Ciudadana ha demostrado empíricamente que no funciona. Y tercero, debemos revisar el modelo económico, abrirnos a la inversión, generar seguridad y reducir el monopolio del Estado. También debemos debatir si queremos un Parlamento bicameral o incluso un modelo federal. Este es el momento para hacerlo.
-El presidente Noboa no incluyó preguntas de carácter económico en la consulta. ¿Qué lectura le deja esto?
Es cierto, hay temas que quedaron fuera. El aspecto económico es transversal y debería estar en el centro del debate. Pero debemos trabajar con lo que está planteado y aportar lo mejor de nosotros para fortalecer al país.
–El presidente dijo que dará a conocer nuevas reformas un día después de la consulta. Algunos lo interpretan como “firmar un cheque en blanco”. ¿Qué opina?
El presidente está en su derecho de tomar decisiones. No todo debe pasar por una consulta. Hay reformas que pudieron hacerse desde el Parlamento si existía mayoría.
Lo importante es que la ciudadanía evalúe la calidad y oportunidad de esas decisiones.
–Desde su perspectiva como comunicadora, ¿cómo evalúa el manejo informativo del Gobierno?
La comunicación presidencial debe unir, no dividir. El presidente Noboa ha optado por una comunicación frontal, incluso disruptiva, que tiene ventajas: acerca al ciudadano y genera empatía. Pero debe equilibrarse con mensajes que construyan certezas.
Gobernar no es solo comunicar decisiones, sino construir confianza. Además, hoy vemos muchos liderazgos que usan la comunicación como fin, no como medio. Debemos ser críticos y vigilantes frente al comportamiento político detrás de esos mensajes.
-En cuanto a inversión y comercio exterior, ¿qué cambios requiere el Ecuador para atraer a los inversionistas extranjeros?
Necesitamos dar seguridad jurídica y pasar de una Constitución intervencionista a una de principios. Hablar de libertad de empresa, competencia, transparencia y profesionalización. Debemos eliminar los monopolios públicos, mejorar las compras públicas y el acceso al crédito y la tecnología. Solo así podremos generar confianza e inversión real.
-¿Qué se debe hacer para frenar la inseguridad y la violencia?
El tema de la seguridad no depende de una nueva Constituyente. Con las normas actuales podríamos avanzar mucho.
Estos debates deben hacerse con responsabilidad, lejos del populismo penal. Corregir el abuso de las garantías jurisdiccionales es necesario, pero sin vulnerar derechos. El sistema de justicia debe actuar con ética y responsabilidad, no con miedo.
-¿Es viable reducir el número de asambleístas?
El problema no es la cantidad, sino la calidad de los legisladores. Reducir curules puede sonar atractivo, pero afecta la representación ciudadana. El Parlamento es un Ecuador pequeño y no podemos dejar a nadie fuera.
Debemos actuar con responsabilidad y no ceder ante la apatía o las pasiones momentáneas.
-Y finalmente, ¿veremos a Marjorie Chávez como candidata a una posible nueva Asamblea Constituyente?
Participar no es solo candidatizarse. También es servir con conocimiento, ética y vocación. Hago política por vocación, así que no descarto participar. Todo lo que contribuya al país, bienvenido será.
La entrevista completa puede ser visualizada en las plataformas digitales de Manavisión Plus.
