En entrevista con Manavisión Plus, el abogado Santiago Becdach sostiene que los coches bomba en Ecuador son actos terroristas vinculados al crimen organizado y una estrategia de desestabilización política.
Él defiende una Asamblea Constituyente para fortalecer la justicia, delimita la línea entre protesta y delito, y pide investigar posibles excesos de la fuerza pública sin paralizar al país.
-Los coches bomba o atentados con explosivos reflejan un nivel de violencia al cual no estamos acostumbrados en el país y que vemos van en escalada. A su criterio, ¿qué es lo que dice este tipo de hechos violentos del sistema de seguridad y judicial de Ecuador?
Sí, mira, es muy lamentable estos actos terroristas que han sucedido en varias ocasiones. Esto tiene una línea conductual que no solo parte de lo que sucede en Guayaquil, de lo que sucede en Imbabura. Son actos de desestabilización que quieren al país de rodillas, que son orquestados entre el crimen organizado, ciertos grados de políticos y, evidentemente, la delincuencia común. Entonces, en este sentido, vamos viendo cómo intentan desestabilizar el país, cómo intentan privarnos de la posibilidad de trabajar, de caminar con tranquilidad. Esto es lamentable porque realmente el país no ha visto nunca estos niveles de agresiones y tiene mucho que ver con el paso de la delincuencia organizada y lo que nos hemos convertido como país en este entorno.
-En todo caso, ¿el marco jurídico actual que tiene el país es suficiente como para enfrentar al crimen organizado o realmente se necesita de reformas urgentes?
Evidentemente, esto es consecuencia de haber tenido un marco normativo muy débil durante muchos años y es por eso la necesidad apremiante de ir a una Asamblea Constituyente que permita reformar la constitución y que a mediano y largo plazo pueda enfrentarse de manera distinta el crimen organizado y la narcopolítica que campea en el país. Entonces, creo que en esta línea todo va orquestándose en una misma dimensión porque estamos a puertas de una consulta popular y miren todo lo que está sucediendo.
Hay quienes no quieren un cambio en este país, quienes nos quieren de rodillas, quienes quieren que precisamente sigan pasando estas situaciones para que las personas vean un grado de inestabilidad y se vuelvan por otra línea política contraria al gobierno actual. Entonces, vamos viendo cómo esta historia, que ya la vivimos en algún momento, como yo lo he dicho, creo que lo que sigue es que por medio de la Asamblea traten de pedir la destitución del presidente. Sólo se faltará para entender que esta historia ya la hemos vivido en el gobierno del presidente Lazo y tiene los mismos actores y tiene las mismas modalidades. Primero empezaron las masacres en las cárceles, no pudieron con ello, están paralizando la provincia entera y ahora están creando el caos desde actos terroristas a nivel nacional.
-¿Qué responsabilidad tiene el Estado ante este tipo de violencia?
El Estado tiene la responsabilidad de dar con los culpables, con los cómplices y encubridores de estas situaciones que están ocurriendo, pero más allá de eso también el Estado tiene que educar a la ciudadanía el por qué está sucediendo esto. Y creo que también nos corresponde a nosotros poner un límite, un alto desde la crítica, desde la opinión, desde incluso las manifestaciones pacíficas a este entramado que tiene el entorno del país sumido en la desesperación y que nos quiere de rodillas.
Creo que la consulta popular que se viene en los próximos días va a ser un termómetro bastante importante de qué intereses tenemos como país. También si verdaderamente estamos llegando a donde queremos llegar, a la propuesta de campaña del presidente de la República de hacer una reforma constitucional, de cambiar la constitución de Montecristi por una que le permita luchar contra el crimen organizado, contra las mafias políticas y contra todo un sistema que a todas vistas no ha dado resultados por más acciones y ejecuciones que se quieran realizar.
-Y en caso de que no se encuentre a los culpables ¿se puede establecer algún tipo de omisión que incluso implique consecuencias legales para autoridades específicas?
Yo creo que hay que hacer un análisis global del contexto que estamos viviendo en la política para poder entender que verdaderamente qué intereses se están jugando. Por encima, hay un interés de desestabilización y eso el gobierno nacional en sí ha respondido con cierto grado de contundencia que ha molestado a cierto sector y ha intentado justificar cosas que son ampliamente injustificables. O sea, justamente les estaba escuchando que ustedes hablaban del ingreso de un convoy humanitario a Otavalo, pero si ni siquiera permiten ellos que la gente compre su propia comida, ¿qué les hace pensar que sin la milicia o sin la Policía van a poder ingresar un convoy humanitario, en este caso la Cruz Roja por sí misma?
Entonces son situaciones que se van dando en el torno de la paralización que impiden que la ciudadanía esté tranquila. No permiten que pasen carros de particulares. Peor, que pase la Cruz Roja. Quieren el caos, no entiendo cómo ellos hablan de luchar por la pobreza generando más pobreza. Entonces, cuando pasan estas medidas, el gobierno ha demostrado que está trabajando con contundencia y que va a abrir el canal del diálogo con quienes no nos quieren de rodillas, con quienes están dispuestos a hablar y con quienes no están imponiendo una situación que nadie comprende.
O sea, el señor Vargas no le puede imponer al presidente de la República no ir a una Asamblea Constituyente porque esto fue parte de la propuesta de campaña del presidente, por la que ganó ampliamente. Entonces son situaciones que van pasando y que van perdiendo la legitimidad de la lucha, no del movimiento indígena, sino de este sector de los indígenas que efectivamente no está haciendo nada porque el país tenga días mejores y que al contrario está paralizando el país y permitiendo que la gente tenga más grado de pobreza del que ya tiene.
-¿Cómo romper esa traba que existe entre el Gobierno y la gente que está hoy protestando? porque el paro se genera a raíz de la eliminación del subsidio al diésel, pero el Gobierno dice, eso no está en análisis. Entonces, ¿cómo salir de ese punto muerto y poder alcanzar acuerdos que beneficien a la mayoría de ecuatorianos?.
Mire, es el único sector que se está quejando del tema del diésel. Usted ve que Manabí sigue trabajando tranquilamente porque el sector que puede afectar a la población, que es el sector de los transportistas, va a recibir compensaciones. Y no es momento de evaluar todavía estas compensaciones porque se ha dado recientemente.
Si es que esto fuera incumplido, si es que las situaciones verdaderamente en el camino no alcanzan, bueno, entrar a través de una propuesta a este análisis, que es lo que debió haber pasado. Que llegue una propuesta del señor Vargas, de quienes nos están paralizando, mire, esta es mi propuesta, ¿qué le parece si trabajamos en base a esta propuesta? Hablamos de una mesa de acuerdo, pero no primero te paralizo y luego voy a una mesa de acuerdo.
Entonces, el gobierno nacional ha anunciado hoy día, estaba escuchando que ya se han abierto ciertos canales de diálogo con cierta parte de la población de Imbabura para ya empezar a hablar con quienes quieren generar acuerdos. Pero ahora, también hay que tener un punto de entendimiento. Nos piden que haya educación, que haya carreteras, nos piden un montón de situaciones que son válidas y entendibles. Pero, por otro lado, no entienden que el arca fiscal no es ilimitada.
No es que el Estado puede coger y decir, bueno, voy a comprar todo, porque si no, fuéramos un Estado perfecto. No existen las posibilidades económicas y lo que ha hecho el gobierno nacional es enfrentarse ante eso, viendo y haciendo un estudio minucioso de que el subsidio se está yendo por otro lado, por otro lado donde no necesitan. Y es justamente donde más protestan, donde se da la minería ilegal y el contrabando de combustible. Entonces, en esta línea, ¿ustedes creen que este es un aspecto de negociar? Por supuesto que no.
-En Manabí y en otros sectores del país hay mucha gente que sí está inconforme. No está protestando, no está cerrando las vías, pero sí está inconforme con varias políticas del Gobierno…
Es normal y común que un Gobierno se desgaste en su popularidad. No podemos pedir que todos estén conformes y es parte de la libertad de expresión que todos tenemos. Lo que no está en tela de duda es que esto genere una paralización, que esto genere más problemas de los que ya tenemos como país. Hay que hacer un llamado nacional posterior a estas situaciones para no confrontar, sino simplemente reunirnos con un solo aspecto, buscar mejores vías para cada una de las personas en el país. En eso estamos de acuerdo, pero hay formas y formas.
-Hablando de popularidad… ¿cómo llega el Gobierno a la consulta popular y referéndum?
Creo que mi análisis es el que todos los ecuatorianos pensamos. Hemos demostrado que queremos trabajar. El Gobierno Nacional ha demostrado muchos acuerdos, muchos aciertos en el camino, otras cosas que las personas no piensan que han sido aciertos, pero creo que eso le va a dar una postura buena para la consulta popular. Yo creo que la mayoría de ecuatorianos vemos con buenos ojos cómo el presidente no ha pactado con aquellos que nos quieren paralizados. No ha llegado a ceder ante estas manifestaciones iracundas y agresivas y creo que eso le va a traer un buen aspecto a la consulta popular… Sí, evidentemente no va a tener el resultado que ha tenido en las otras elecciones, sin embargo, creo que igual va a ganar estas elecciones sin lugar a dudas (…)
-¿Usted no cree que el discurso que sigue manejando el gobierno, criminalizando la protesta, es también como una forma de menospreciar a estos sectores que reclaman y que tienen derecho al reclamo?
Es un segmento que está completamente manipulado porque no ha entendido a dónde se está fugando precisamente el subsidio. Y por otro lado, sí, hay alguien que está manipulando desde lo económico estas protestas, porque no hay forma que se sostenga sin un financista. Y evidentemente ahí vamos a hablar de la delincuencia organizada o de la minería ilegal, que evidentemente tienen recursos ilimitadísimos y se veía ya en varios videos cómo entregaban dinero a los manifestantes. Entonces hay que entender que esa lucha no es social y que las fuerzas armadas han tomado en efecto de lo que están haciendo.
¿A ustedes qué les parece que van 30 días personas sin poder conseguir un gas, que te quieres movilizar y pinchan la llanta, que ya han habido agresiones a viviendas por parte de los manifestantes? Evidentemente la Fuerza Pública tiene que responder, pero ojo con esto. Esto no quiere decir que esto sea un cheque en blanco para la Fuerza Pública para hacer lo que les da la gana… Que se investigue si es que ha habido errores… excesos… tienen que investigarse… Pero no me van a decir que la Fuerza Pública no tiene que reaccionar ante el intento de secuestrar ciudades enteras.
-¿Faltó difundir la eliminación del subsidio al diésel?
Puede ser debatible ese tema… hay que tomarlo con firmeza, con la explicación necesaria, sí, pero hay que tomarlo con firmeza. Al final del día, el subsidio al diésel bien compensado, bien focalizado, no afecta a la clase trabajadora, sino a las grandes empresas, a las personas que realmente no les afecta pagar un dólar más por galón de diésel. La población en general tiene que hacer una evaluación de lo que va a ir pasando. Si el Gobierno no cumple precisamente con las compensaciones… han paralizado casi un mes una provincia entera… No entiendo esa lógica… Si la forma de combatir la pobreza es con más trabajo, no con paralización.
-¿Dónde se rompe la línea que separa la protesta legítima del delito?
Se rompe el momento en que agreden a los bienes públicos, privados, cuando agreden a personas, cuando no respetan el derecho del prójimo… la fuerza pública tiene la obligación de proteger a esos protestantes, pero si esos protestantes… me rompen la cubeta de huevos… me pinchan la llanta… no permiten que vaya yo con mi familiar al hospital. Eso tiene que ser investigado. Eso es un secuestro. Están secuestrando una ciudad entera. Empezaron por el tema del diésel y luego que no vayamos a una Asamblea Constituyente… ya se torna político… pretensiones oscuras… Revolución Ciudadana… Pavel Muñoz… ya vamos viendo cómo es el enredo político… no respeta el derecho de los demás ciudadanos del país.
-Se lo planteo a la inversa. En el caso del trabajo que desarrollan las fuerzas de seguridad pública, ¿cuándo deja de ser un trabajo enfocado en la protección del ciudadano, de los bienes públicos y pasa ya a ser una represión?
Cuando, por ejemplo, si es que vemos un grupo de manifestantes que no está haciendo nada… y ellos atacan con una bomba lacrimógena, efectivamente ahí se rompe y se tiene que investigar precisamente si es que hay uso excesivo de la fuerza. A veces exceden también los militares, pero hay algo de lo que nadie está hablando, de la psicología de la manifestación (…) Esto es sumamente desgastante (…) no se está actuando con la debida razón (…) En ese sentido, lo más idóneo es que en estos momentos terminen con la paralización, propongan ideas (…) y volvamos a una aparente normalidad.
-¿Qué debe tener claro la ciudadanía antes de ir a las urnas?
Entender que la constitución de Montecristi dio paso a la ciudadanía universal, lo que permitió abrir la puerta a un montón de delincuentes (…) esto tiene que cambiarse y por eso tenemos que ir a una nueva constitución (…)que fortalezca el poder judicial, cambie la modalidad del poder legislativo (…) que el Ejecutivo se dedique a ejecutar, que deje este hiperpresidencialismo (…) y que esto sostenga al Estado al mediano y largo plazo.
-¿Las preguntas están enfocadas en resolver problemas estructurales o a fortalecer la imagen del Gobierno?
Yo creo que una Asamblea Constituyente no sirve para fortalecer ningún tipo de imagen.Yo creo que la Asamblea Constituyente lo que debe es convocar a los distintos ciudadanos involucrados para poder participar en este proceso y que precisamente estas dudas, estas falencias que ha notado, por ejemplo, el movimiento indígena, sean bien tomadas en una nueva Constitución (…) Sin embargo, yo creo que lo coherente es irnos a una Asamblea Constituyente que mezcle otro mecanismo legislativo con una bicameralidad para que la estructura legislativa se vea fortalecida ya en la conclusión de únicamente tres poderes y no cinco como la Constitución de Montecristi.
-¿Qué gana el ciudadano de a pie en el corto plazo?
Las cosas tienen que darse de una manera ordenada. Nos tomó muchos años llegar a donde estamos para abajo, ahora tenemos que tomarnos nuestro tiempo para ir para arriba. La Constituyente evidentemente no va a ser una medida de corto plazo, sino de mediano y largo plazo. Lo de corto plazo tenemos que ir valorando en medida de que el Gobierno Nacional vaya realizando la ejecución de su plan de gobierno y sobre todo vaya enfrentando al crimen organizado y los problemas amplios que tiene el país actualmente.
-Usted ha destacado aspectos positivos, pero ¿qué riesgos podría traer una Constituyente?
El principal riesgo está en la ciudadanía: que tome malas decisiones, vote mal, no se informe, no se involucre… y que tengamos una Constitución mal hecha, mediocre (…) Creo que todos debemos vincularnos, debemos empoderar estas situaciones que nos han causado mucho dolor al país.
-Algunos analistas coinciden en que el equilibrio político de la Asamblea y del Ejecutivo es frágil…¿coincide usted con ese criterio?
Como está planteado el poder político actual es muy difícil que estemos conformes con el trabajo de legislativo porque realmente hay muchos problemas de fondo que tiene como se ha instalado la Asamblea, y no lo digo por lo electoral sino lo digo por el dogma, por cómo está intervenida la Asamblea actualmente, siempre vamos a tener comentarios. Además las asambleas o los congresos nacionales siempre son impopulares por esencia, sin embargo, yo creo que lo que tiene que pasar en estos momentos es que nos enfoquemos un poco en la consulta, la Asamblea siga haciendo su trabajo de fiscalizar, de hacer nuevas leyes y que empecemos ya a pensar en un país distinto a través de un proceso constituyente.
-¿La oposición está fragmentada?
Totalmente, porque es una oposición que ha sido caracterizada por la corrupción, es una oposición que ha sido caracterizada por querer infundir el terror para imponerse, ha sido una oposición que ha sido cómplice de todos los actos que están pasando y evidentemente el país no les va en este momento a dar los mejores resultados de acuerdo a lo electoral, entonces están desesperados y no saben cómo congraciarse con el país para volver este tema electoral. Ahora bien, también ahí ya depende mucho de la evaluación que los ecuatorianos tengamos a lo largo del tiempo de este Gobierno, porque eso sí podría debilitar una opción y no hay una tercera opción y podría premiar en este caso a la oposición actual con algún voto favorable incluso en las seccionales.
-Si la consulta fracasa, ¿qué tan profunda sería la herida política para el Presidente?
Cuando uno va a una elección está preparado para ganar o perder. Creo que ahí la reflexión que tiene que hacer el gobierno de cara al ciudadano sería empoderar a la Asamblea, tratar de hacer procesos legislativos mucho más estudiados, mucho más profundos para evitar cualquier confrontación. Sería un mensaje muy claro de que hay algún grado de inconformidad y lo que se debería abrir son los canales de diálogo, los mecanismos de trabajo, sin que esto tenga que ver siquiera con negociar, ni con la impunidad ni con la mafia que está tomada en la oposición al gobierno.
