El Black Friday o viernes negro 2025, atrae a millones de consumidores en todo el país. Además, combina descuentos agresivos con nuevas tecnologías que inducen compras y elevan el riesgo de endeudamiento.
El Black Friday en Ecuador
La fecha se proyecta como lamás grande de su historia, con un movimiento económico superior a los USD 18.600 millones en noviembre. Este crecimiento es del 9,5% frente a 2024 y se explica por la liquidez generada por décimos adelantados, la expansión del comercio electrónico y una cultura de descuentos que se ha instalado con fuerza en la última década.
El evento, conocido localmente como “Viernes Negro”, marca un periodo clave para la reactivación del consumo en un año marcado por incertidumbre económica y ajustes tributarios.
Según datos preliminares de la Cámara Ecuatoriana de Comercio Electrónico (CECE), el e-commerce crecerá 15% en visitas y transacciones. Las compras digitales ya representan 25% del total navideño en el país.
Las ventas del 2024 y las proyecciones del 2025
En 2024, las ventas del Black Friday llegaron a USD 1.231 millones, y para 2025 se estima un repunte superior. El gasto promedio por persona bordea los USD 100 y aumenta en segmentos como tecnología o electrodomésticos.
Este auge no se limita a un día. El fenómeno del “Black Season” (temporada negra) se consolida como una estrategia comercial que extiende descuentos por varias semanas. Quito y Guayaquil registran picos de asistencia en centros comerciales, que duplican su afluencia habitual. Este modelo combina cultura estadounidense con adaptaciones locales, como ofertas ligadas a feriados nacionales y activaciones presenciales.
Black Friday 2025 en Ecuador muestra cómo el e-commerce (comercio digital) ha transformado los hábitos del comprador.
Las ofertas impulsan el consumo en el viernes negro
La masificación del evento empezó a inicios de 2010, cuando cadenas como Pycca, De Prati y Supermaxi importaron el concepto desde Estados Unidos. Entre 2015 y 2016, y más tarde con la pandemia, el evento se consolidó como un hito comercial nacional.
En Ecuador, la globalización digital lo convirtió en una “semana negra” con promociones que se extienden hasta el Cyber Monday. Hoy, el país vive su propia versión, con énfasis en compras mixtas y un creciente papel de redes sociales.
Un estudio de NielsenIQ señala que los ecuatorianos visitan menos tiendas de barrio, pero gastan más en eventos masivos. El 31% de las compras se impulsa por contenidos en redes sociales. Existe además un “efecto rebote”: 20% de compradores devuelve productos por remordimiento financiero. Este comportamiento revela la presión que ejercen las ofertas personalizadas y las estrategias de urgencia.
IA, consumo inducido y riesgo de deuda en el Black Friday
La novedad del 2025 es la incorporación intensiva de inteligencia artificial en apps de compras. Estas plataformas analizan historial de consumo, horarios, ingresos y hasta actividad en redes sociales. Con estos datos muestran promociones hiperpersonalizadas, límites de crédito ajustados y cuotas que parecen accesibles.
Expertos advierten que “el 40% de los usuarios termina con deudas innecesarias porque hay aplicaciones que te conocen más que tú mismo y te inducen al consumo”. Si bien la IA reduce fraudes y mejora la experiencia de compra, impulsa decisiones impulsivas. El riesgo crece porque uno de cada dos ecuatorianos compra online y se expone a ofertas diseñadas para disparar conversiones.
Este escenario se complica con el aumento de fraudes digitales. En 2025, proliferan sitios falsos que replican tiendas reales. El 60% de los casos se relaciona con phishing (suplantación de identidad). La Superintendencia de Compañías pide verificar URLs y evitar ingresar datos bancarios en páginas sin certificados o candados.
Descuentos agresivos y estrategias para captar clientes
Las cadenas de electrodomésticos ofrecen rebajas del 25% al 50% en refrigeradoras o lavadoras. Esto permite ahorros de hasta USD 70 por producto. La tecnología presenta descuentos del 30% en smartphones y laptops. El sector moda apuesta por outlets (descuentos) extendidos y ofertas tipo “lleve dos, pague uno”. Las aerolíneas, como Latam, ofrecen hasta 40% off en vuelos nacionales. Jugueterías duplican inventarios para la campaña navideña y aplican promociones de 2×1.
Las apps de e-commerce integran cashbacks del 10% al 20%, cupones exclusivos y envíos gratuitos para víveres y productos no perecederos. Estas dinámicas buscan captar atención en un mercado saturado por estímulos y ofertas.
Pymes: un actor clave con menos recursos en el Black Friday
Las pymes y mipymes, que representan el 99% del tejido empresarial y generan 60% del empleo, también participan activamente. Aunque tienen recursos limitados, aplican tácticas de bajo costo basadas en personalización. El 96% de empresas que usa ofertas segmentadas registra aumento de ventas durante el Black Friday.
Muchas pymes comienzan promociones el 24 de noviembre para anticiparse al pico del día 28. Mercados como Iñaquito, en Quito, o la Bahía, en Guayaquil, duplican sus visitas al enfocarse en ropa, artesanías y productos locales. Más del 50% de estos negocios incrementa ventas al implementar pagos digitales. Evitan “descuentos suicidas” y priorizan claridad en precios y condiciones.
En 2024, el Black Friday generó USD 1.231 millones y en 2025 se proyectan entre USD 1.350 millones y USD 1.360 millones. De ese monto, las pymes capturarán entre USD 250 millones y USD 400 millones, según estimaciones basadas en su participación en el comercio local.
