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Bruno Poggi: No se podrá reducir el déficit habitacional sin un ministerio exclusivo de vivienda


El déficit habitacional en Ecuador supera el 2,7 millones de viviendas, pero el país ya no cuenta con un ministerio dedicado exclusivamente a atender esta deuda social. Para el exministro Bruno Poggi, la fusión del MIDUVI con el Ministerio de Infraestructura y Transporte (MIT) debilitó la capacidad del Estado para responder a uno de los problemas estructurales más urgentes: garantizar una vivienda digna para los hogares de ingresos bajos y medios.

Poggi sostiene que la vivienda requiere políticas especializadas, financiamiento accesible y un liderazgo institucional autónomo capaz de reducir brechas históricas. Advierte que, sin una entidad enfocada únicamente en esta agenda, el país difícilmente podrá enfrentar el incremento de la demanda urbana, la falta de crédito y la calidad desigual de las construcciones destinadas a familias vulnerables.

Un ministerio con sus propios proyectos

El exministro Poggi asegura que la cartera de Infraestructura tiene un volumen de proyectos tan grande que resta espacio a la planificación específica de vivienda social.

En su análisis, esta medida no solo dispersa recursos, sino que también dificulta la ejecución de una política habitacional a largo plazo. “Se necesita un ministerio libre, dedicado exclusivamente a buscar soluciones frente al déficit habitacional, que sigue siendo crítico”, enfatiza.

El diagnóstico que ofrece Poggi contiene cifras que revelan la magnitud del reto:

  • Déficit nacional estimado: 2’700.000 viviendas.

  • Déficit en Manabí: alrededor de 120.000 soluciones habitacionales.

  • Oferta inmobiliaria sin comprador entre Quito y Guayaquil: 26.000 viviendas de USD 80.000 a 150.000.

Viviendas prefabricadas como alternativa 

Poggi plantea que el mundo avanza hacia soluciones habitacionales más rápidas y económicas, como las casas prefabricadas, una opción que podría reducir drásticamente los costos y tiempos de construcción en Ecuador. Explica que existen modelos de aproximadamente 54 metros cuadrados, cuyo costo instalado en el país estaría entre USD 8.000 y 10.000.

Este tipo de alternativas, afirma, requieren un ente rector con mirada estratégica y capacidad de escalar programas a nivel nacional.

El analista también destaca que el acceso al crédito sigue siendo una barrera que agrava el problema. Observa que existen miles de viviendas listas, pero sin compradores, por la dificultad de obtener financiamiento adecuado. Valora como positivo el impulso del Gobierno al crédito a través del Banco del Pacífico. Sin embargo, advierte que se necesita una política más amplia y sostenida.

El desafío de la calidad y la importancia del control

El exministro recuerda casos como el de Las Orquídeas, en Portoviejo, donde la construcción a cargo de empresas locales permitió entregar viviendas de hormigón que resistieron incluso el terremoto sin colapsar. Para él, este es un ejemplo de cómo la gestión técnica y el compromiso local pueden incidir en la durabilidad de la vivienda pública.

Este tipo de experiencias, señala, demuestran que la política habitacional no solo debe centrarse en construir más, sino en construir mejor. Y para ello, insiste, es indispensable contar con una institución exclusiva, con capacidad de control, seguimiento y planificación.

La fusión ministerial ocurrió en un contexto en el que Ecuador mantiene un déficit habitacional elevado y una demanda creciente en las zonas urbanas del país. Estudios del sector muestran que los créditos de largo plazo y el acceso a materiales de buena calidad son factores determinantes para cerrar brechas. Sin un ente rector dedicado exclusivamente a la vivienda, advierten expertos, será difícil ordenar el mercado, mejorar la calidad y acelerar la reducción de la deuda histórica con las familias de menores ingresos.

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