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El Fusarium preocupa al sector platanero tras detectarse en Santa Rosa


La confirmación de la presencia del hongo Fusarium en una plantación de banano en Santa Rosa, provincia de El Oro, mantiene en vilo a los agricultores de plátano del país, quienes temen un nuevo golpe a la producción, similar al vivido hace más de una década con la bacteria del Moko.

La advertencia fue realizada por Rafael Torres, presidente de la Federación Nacional de Productores de Plátano del Ecuador (Fenaprope), quien aseguró que el sector enfrenta un riesgo latente que podría afectar no solo a El Oro, sino a toda la cadena productiva nacional.

Voces del sector

Torres recordó que el antecedente del Moko dejó pérdidas importantes en miles de hectáreas y que ahora la amenaza del Fusarium preocupa aún más por la dificultad de su control. “Aunque este hongo avanza lentamente en el suelo, una vez que infecta la planta la destruye de forma acelerada”, enfatizó.

El dirigente añadió que ambos males son consecuencia de décadas de prácticas agrícolas basadas en el uso excesivo de químicos, lo que debilitó la capacidad natural de defensa de los suelos.

Algunos datos de referencia

  • Fusarium: hongo patógeno que invade las raíces y bloquea los vasos de agua, causando marchitez y muerte de la planta.

  • Supervivencia: puede permanecer en el suelo durante años, lo que dificulta su erradicación.

  • Moko: enfermedad bacteriana que obligó a reconvertir cerca de 7.000 hectáreas de plátano en El Carmen, Manabí, hacia cultivos como cacao, maracuyá y yuca, según Agrocalidad.

El suelo, la clave de la resistencia del Fusarium

Según Torres, una de las alternativas es trabajar en la supresividad de los suelos, es decir, devolverles la capacidad de autodefenderse mediante abundante materia orgánica y microorganismos benéficos. Solo así, añade, se podrá crear una barrera natural frente a la propagación de patógenos como el Fusarium.

Especialistas explican que este hongo encuentra terreno fértil en suelos empobrecidos, donde hay escasa diversidad biológica y altos niveles de degradación. Esto obliga a los productores a repensar las técnicas de cultivo y apostar por prácticas sostenibles.

Una amenaza persistente

El Fusarium oxysporum, la cepa más temida, ya ha generado estragos en plantaciones de Asia y África. Su presencia en Ecuador podría derivar en una crisis para la economía agrícola y para los pequeños productores. Pues ellos dependen del plátano y el banano como sustento principal.

El antecedente del Moko, que aún deja secuelas en varias zonas del país, evidencia lo difícil que puede ser enfrentar una plaga de esta magnitud. Los agricultores coinciden en que la prevención, la bioseguridad y la investigación científica deben convertirse en prioridades inmediatas.

El desafío ahora no solo es contener la propagación del Fusarium en Santa Rosa. Sino, garantizar que la lección aprendida con el Moko sirva para blindar los suelos y asegurar la permanencia del plátano como uno de los pilares agrícolas del Ecuador.

Con información de Leandro Vélez.

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