La crisis en el abastecimiento de medicamentos, una de las principales quejas de los pacientes del sistema público de salud en Ecuador, podría tener una salida en los primeros meses de 2026. Así lo afirmó la vicepresidenta María José Pinto, quien también está a cargo del Ministerio de Salud Pública (MSP), en una entrevista concedida a la agencia EFE.
Pinto calificó como “complicado” el estado actual del sistema de salud, pero aseguró que la escasez de fármacos es uno de los temas prioritarios y que ya se han dado pasos concretos para enfrentarlo.
Compras emergentes y medicinas prioritarias
La vicepresidenta explicó que el Gobierno ejecutó una compra emergente, centralizada y transparente de medicamentos, enfocada principalmente en los de mayor demanda. Según sus proyecciones, el abastecimiento debería regularizarse hasta marzo de 2026.
Entre los medicamentos priorizados están los destinados al tratamiento de enfermedades crónicas y a procedimientos médicos esenciales, como:
No obstante, Pinto reconoció que existen dificultades adicionales, especialmente en la adquisición de medicamentos sensibles. “Tenemos un grave problema con insumos como el fentanilo, fundamental para las operaciones. En la última compra incluso hubo dos casos de sobredosis de doctores”, reveló.
Inventarios, vacunas y problemas de distribución
Más allá de la compra, la vicepresidenta subrayó que el desafío no solo es adquirir los medicamentos, sino lograr que lleguen a los pacientes. En ese contexto, insistió en la necesidad de que todas las unidades del sistema público utilicen el sistema nacional de inventarios.
“Ese sistema ya existe, lo que falta es el compromiso de usarlo para saber qué tenemos, cuánto y en dónde”, enfatizó.
Como ejemplo, mencionó que el país dispone actualmente de 4,5 millones de vacunas contra la influenza, y que en apenas 25 días se vacunó a más de 700.000 personas, incluso después de confirmarse un caso de gripe A (H3N2) variante K. El proceso de inmunización gratuita se extenderá hasta marzo de 2026.
Un problema de gestión, no solo médico
Para Pinto, el fondo de la crisis sanitaria no es clínico, sino administrativo. “El problema de salud no es un problema médico, es un problema de gestión”, sostuvo, al advertir que existen más de 136 sistemas internos dentro del Ministerio de Salud que no se comunican entre sí.
Relató incluso que en una ocasión se perdieron tres días intentando localizar un medicamento que estaba en el norte del país, mientras se lo necesitaba con urgencia en el sur.
También cuestionó la falta de continuidad en las políticas públicas. “Hay una estrategia de salud diseñada por expertos internacionales, está escrita, pero nunca se ha implementado por completo”, señaló.
Infraestructura, personal y corrupción
La vicepresidenta reconoció que la crisis de medicamentos es solo una de varias que enfrenta el sector. Mencionó también una crisis de infraestructura, con más de 2.000 establecimientos de salud que requieren inversión, y adelantó que se analiza la participación del sector privado.
A esto se suma un desajuste en el talento humano: “Se gradúan más médicos de los que el sistema puede contratar y solo el 40% de las enfermeras aprueba el examen para ejercer”, dijo.
En un tono crítico, Pinto abordó el tema de la corrupción. “Uno de los sectores más corruptos es el de la salud, y decirlo es durísimo”, afirmó, aunque aclaró que también existen profesionales y funcionarios comprometidos. Destacó, además, avances del país en áreas como el manejo del VIH y la lucha contra la desnutrición crónica infantil.
Llamado a la corresponsabilidad ciudadana
Al cierre, la vicepresidenta hizo un llamado a la población para que conozca el centro de salud al que está adscrita, evite acudir a hospitales sin tratarse de emergencias y apueste por la prevención como eje clave del sistema sanitario.
Aunque descartó una crisis generalizada, Pinto reconoció que el sistema de salud enfrenta múltiples desafíos estructurales, cuya solución —aseguró— requiere tiempo, gestión eficiente y corresponsabilidad entre el Estado y la ciudadanía.
