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La banca privada ecuatoriana recupera liquidez en 2025, pero el crédito avanza con cautela


Luego de un año marcado por contracción económica y restricciones de liquidez, el sistema bancario privado ecuatoriano atravesó en 2025 un proceso de recuperación silenciosa pero contundente. Los depósitos regresaron con fuerza, reflejando un mayor flujo de dólares en la economía y una recomposición parcial de la confianza financiera.

Un análisis económico difundido por Primicias muestra que este repunte se explica por una combinación de factores. Entre ellos, el rebote de la actividad interna, el ingreso de recursos externos y un entorno financiero internacional más favorable que el del año anterior.

El rebote económico que fortaleció a los bancos

El crecimiento de las ventas internas en 2025 permitió que empresas y hogares mantuvieran mayores saldos en el sistema financiero, luego del ajuste vivido en 2024. Para muchas compañías, el aumento de depósitos fue una estrategia de cautela ante un entorno todavía inestable.

“Las empresas incrementaron sus depósitos en la banca privada como resultado directo del rebote económico de 2025”, explicó Gonzalo Cucalón, economista y gerente de la casa de valores Banrío, en declaraciones recogidas por Primicias.

A este escenario se sumaron los desembolsos de créditos de organismos multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que inyectaron liquidez adicional al sistema financiero y fortalecieron la posición de los bancos.

Remesas récord y exportaciones no petroleras

Otro factor determinante fue el ingreso sostenido de dólares desde el exterior. En 2025, las remesas enviadas por migrantes alcanzaron niveles históricos, mientras que las exportaciones no petroleras se beneficiaron de mejores precios internacionales.

Productos como el camarón, el cobre y el oro registraron un buen desempeño en los mercados externos, lo que se tradujo en mayor flujo de divisas hacia el país. Según datos de la Superintendencia de Bancos citados por Primicias, entre enero y noviembre de 2025 la cartera de depósitos creció en promedio un 17 % anual.

Para noviembre, los depósitos de la banca privada alcanzaron los USD 59.336 millones, una cifra equivalente a cerca del 47% del Producto Interno Bruto (PIB) del Ecuador.

Más depósitos, menos premio para el ahorrista

El aumento de la liquidez tuvo un efecto directo en las tasas de interés que reciben los ahorristas. En un contexto de mayor disponibilidad de recursos, los bancos redujeron el incentivo para captar depósitos.

Mientras en noviembre de 2024 la tasa efectiva promedio se ubicaba en 6,8% anual, un año después descendió hasta el 5%. De acuerdo con el análisis publicado por Primicias, esta caída responde a la normalización del entorno financiero tras el pico de riesgo país registrado en 2024.

Durante la recesión, los bancos elevaron agresivamente las tasas para captar ahorro local, ante el encarecimiento del financiamiento externo. En 2025, con un menor riesgo país y una política monetaria más flexible en Estados Unidos, ese escenario cambió.

Depósitos altos no siempre significan bonanza

Para el economista Ángel Maridueña, profesor de la Universidad Estatal de Milagro, un elevado nivel de depósitos no necesariamente refleja una economía en expansión.

“En contextos de incertidumbre, los agentes económicos prefieren guardar el dinero como protección y reducen el consumo y la inversión”, señala. En Ecuador, factores como el proceso electoral y la persistente inseguridad habrían influido en este comportamiento precautorio durante 2025.

El crédito aún no despega

Aunque la cartera de crédito mostró una recuperación, su crecimiento fue más lento que el de los depósitos. “Los bancos han captado más recursos, pero no los han colocado a la misma velocidad”, explicó Cucalón a Primicias.

La incertidumbre política, la violencia y el recuerdo reciente de la recesión influyeron en la cautela de empresas y hogares al momento de endeudarse. Al mismo tiempo, las entidades financieras endurecieron sus criterios para reducir la morosidad, que aumentó durante 2024.

¿Qué se espera para 2026?

Las proyecciones para 2026 apuntan a un escenario más estable, aunque sin retornos extraordinarios para los ahorristas. Según el análisis de Primicias, no se espera un repunte significativo de las tasas de interés, ya que no se prevé una nueva crisis de liquidez.

Además, se anticipa una reducción adicional del riesgo país, lo que facilitaría una nueva emisión de bonos internacionales por parte del Gobierno y abarataría el financiamiento externo para la banca. A esto se suma la expectativa de que la Reserva Federal de Estados Unidos continúe recortando sus tasas.

En ese contexto, la gran incógnita será si la liquidez acumulada en los bancos logra transformarse en mayor crédito productivo, clave para sostener la recuperación económica más allá de los números del sistema financiero.

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