El Ministerio de Ambiente y Energía (MAE) y la Policía Nacional, a través de la UPMA, culminaron la campaña “No arranques la piel de los bosques” en 2025, en varias provincias del Ecuador, para frenar el comercio ilegal de flora y proteger ecosistemas frágiles.
Venta informal de flora silvestre
Durante el cierre de la campaña, las autoridades retuvieron 482,52 kilogramos de musgo, bromelias y briofitas, extraídos y comercializados sin autorización. Los controles se ejecutaron en plazas, mercados, ferias y parques, donde se identificó venta informal de flora silvestre. Además, los equipos verificaron permisos de transporte y procedencia del material, con apoyo técnico y policial.
Asimismo, una parte del material retenido será reintroducida a su hábitat natural, tras evaluaciones técnicas que determinarán su viabilidad ecológica. Sin embargo, más de 300 fundas no podrán ser restituidas. En esos casos, el musgo presentaba pintura artificial para simular productos plásticos, lo que impide su recuperación natural y compromete su función ecosistémica.
Operativos coordinados a escala nacional
Los operativos se desarrollaron de forma simultánea en puntos identificados como zonas de comercialización informal. Por ello, personal del MAE y de la Policía Nacional actuó de manera articulada, con procedimientos de retención, registro y custodia del material. Además, se levantaron informes técnicos para sustentar procesos administrativos y sancionatorios.
Entre 2021 y 2024, el Estado ecuatoriano retuvo 1.055,44 kilogramos de musgo, briofitas, líquenes y bromelias destinados al comercio ilegal. Este antecedente confirma la persistencia de la extracción y venta no autorizada. Por tanto, las autoridades insisten en fortalecer la corresponsabilidad ciudadana y el control permanente en espacios públicos.
Importancia ecológica de la flora retenida
El musgo, las bromelias y las briofitas cumplen funciones esenciales en los ecosistemas. Regulan el recurso hídrico, capturan agua de neblina, protegen el suelo frente a la erosión y sirven de refugio para fauna. Su extracción indiscriminada afecta la salud de los bosques, en especial en zonas altas y frágiles.
Además, la pérdida de esta flora impacta procesos ecológicos locales y reduce la capacidad natural de los ecosistemas para adaptarse a cambios climáticos. Por ello, las autoridades mantienen campañas de sensibilización dirigidas a comerciantes y consumidores, con énfasis en prácticas legales y sostenibles.
Sanciones y llamado a la ciudadanía
El MAE recuerda que la extracción, transporte, comercialización y compra de vida silvestre constituye una infracción ambiental. La normativa vigente contempla penas privativas de libertad de uno a tres años y multas de hasta 92 mil. Finalmente, la institución ratifica su compromiso con el control ambiental y la protección de la biodiversidad en todo el territorio nacional.
