El Observatorio Nacional de Enfermedades Catastróficas advirtió mediante un comunicado el deterioro acelerado del sistema público de salud en Ecuador, provocado por un desabastecimiento crítico de medicamentos, reducción sostenida del presupuesto y serias fallas en la gestión sanitaria. La crisis golpea especialmente a pacientes con cáncer, enfermedades catastróficas, patologías crónicas y población pediátrica, quienes enfrentan interrupciones constantes en sus tratamientos y deben cubrir con recursos propios los fármacos que el Estado no provee.
Falta de insumos en la red pública
Según la entidad en hospitales y centros de salud de todo el país se reporta la ausencia de medicamentos esenciales como analgésicos opioides, sedantes, inmunosupresores y fármacos de alto costo. Además, equipos médicos permanecen inoperativos por falta de mantenimiento o repuestos, mientras el personal especializado es insuficiente en varias unidades oncológicas y de cuidados intensivos. El Observatorio señaló que miles de ecuatorianos dependen exclusivamente de estos servicios gratuitos, por lo que la escasez representa una amenaza directa a su supervivencia.
Judicialización en aumento
Ante la imposibilidad de obtener atención oportuna, las familias recurren cada vez más a la vía judicial. A nivel nacional se registran al menos 48 acciones de protección relacionadas con el suministro de medicamentos y tratamientos. Solo en las provincias de Azuay y Cañar se presentaron siete demandas, todas resueltas a favor de los pacientes.
Según el observatorio aunque el 100 % de las acciones fue ganado por los usuarios, el seguimiento muestra que únicamente el 85,71 % de las órdenes judiciales ha tenido cumplimiento total o parcial. El restante 14,29 % permanece sin ejecutarse, lo que demuestra la incapacidad estructural del Ministerio de Salud Pública para garantizar los medicamentos incluso cuando existe mandato judicial obligatorio, según cita el comunicado.
Antecedentes de la crisis
El desabastecimiento en la red pública se agudizó desde 2023 y alcanzó niveles críticos durante 2024 y 2025. Informes coinciden en que los recortes presupuestarios al sector salud, combinados con retrasos en los procesos de contratación pública y problemas en la cadena de distribución, son las causas principales del colapso actual.
Organizaciones de pacientes han documentado casos en los que personas con cáncer han suspendido hasta tres ciclos consecutivos de quimioterapia por falta de fármacos.
Consecuencias económicas y humanas
Los gastos de bolsillo se han disparado: familias venden bienes, solicitan préstamos o inician campañas solidarias para comprar medicamentos que pueden superar los 2.000 dólares mensuales. En el caso de niños con enfermedades catastróficas, la interrupción de tratamientos compromete su desarrollo y aumenta el riesgo de complicaciones irreversibles.
El Observatorio Nacional de Enfermedades Catastróficas exigió al Gobierno la declaración de emergencia sanitaria, la asignación inmediata de recursos extraordinarios y la reestructuración urgente de los procesos de compra y distribución de medicamentos para evitar más muertes prevenibles en el sistema público de salud.
