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Jorge Calderón: La corrupción le ha costado al país 100.000 millones en un período de 18 años


El economista Jorge Calderón advierte que la corrupción, acumulada desde 2006 hasta 2023, le ha costado a Ecuador cerca de USD 100.000 millones, una cifra que impacta directamente en inversión, empleo, competitividad y capacidad fiscal. En entrevista con Manavisión Plus, el analista detalla cómo este drenaje de recursos públicos, sumado al déficit fiscal, la evasión tributaria y los desafíos de deuda, condiciona el desempeño económico del país pese a algunas mejoras recientes en empleo adecuado, riesgo país y consumo interno.

-¿Cuál es la radiografía económica del país después de dos años del Gobierno de Daniel Noboa?

Yo veo mejoras claras en algunos indicadores económicos. El empleo adecuado pasó del 35% al 37%, lo que significa que más personas están trabajando con salario básico y jornada completa. El riesgo país cerró en 677 puntos, una cifra moderada para lo que veníamos observando. También vemos una recuperación del PIB, que podría llegar a un crecimiento cercano al 4% en 2025, luego de haber caído -2% el año pasado. Ahora bien, estas señales positivas coexisten con retos estructurales importantes: el déficit fiscal, la dependencia petrolera y el impacto de la inseguridad en la actividad económica.

-¿Y es posible sostener esas mejoras?

En el próximo año ya no hay temas electorales que generen incertidumbre, que siempre influyen. Ya son conocidas las reglas del juego bajo la Constitución vigente, y el presidente ha avanzado en reformas a través de leyes económicas urgentes. También dependerá de que se le gane el pulso a la inseguridad. Aunque no es un tema económico, sí ha frenado la actividad económica en varios sectores y horarios.
Si no tuviéramos esa presión, las cosas podrían andar mejor. Para 2026, aparentemente habrá un movimiento económico favorable, pero dependerá del entorno, de la inversión y de la lucha contra la inseguridad.

-Usted destacaba indicadores positivos. ¿Y en cuanto a los que no son tan positivos?

Hay que trabajar en la seguridad social. También en el déficit del sector salud, que hay que cubrir. Esperamos ver resultados el próximo año sobre la mejora de la eficiencia estatal con la reducción del tamaño del Estado. Hay que avanzar en competitividad, atraer inversión extranjera, que sigue siendo baja frente a países vecinos. Aunque está mejorando, aún estamos lejos. En resumen: eficiencia estatal, seguridad social, competitividad e inversión extranjera.

-¿Qué termina pesando más al final del día: déficit fiscal, gasto corriente, deuda pública, inflación o inseguridad?

El tema de la deuda pública pesa mucho. Entre 2026 y 2027 empiezan pagos importantes de amortización de capital como resultado de los reperfilamientos realizados en época de COVID. Coinciden varios pagos en esos años. El déficit fiscal está alrededor de USD 5.600 millones, según la proforma. Controlarlo es clave. El Gobierno busca reducir el riesgo país para poder financiarse vía mercado de capitales, emitir bonos, algo que Ecuador no hace desde 2020. Eso permitiría diversificar las fuentes de financiamiento externo y no depender solo de China —con preventas petroleras— o de organismos multilaterales —que imponen reformas—. Los bonos permitirían que las condiciones las ponga el país.

-¿Cuánto impacta la evasión fiscal y la corrupción en la economía?

Hasta octubre, la recaudación tributaria fue de USD 18.000 millones, frente a USD 17.000 millones del mismo periodo de 2024. Es un crecimiento del 4,7%. El IVA y el Impuesto a la Renta son los principales aportantes. La evasión debe mantenerse bajo control. Mientras más personas naturales y jurídicas se formalicen, mejor. Esos recursos sirven para obra pública y bienestar. Sobre la corrupción, según un estudio del Banco Mundial, entre 2006 y 2023 la corrupción le costó al país USD 100.000 millones. Es un costo-oportunidad enorme sobre lo que pudo hacerse con esos recursos. Hay que afinar los procesos de contratación pública y aplicar las nuevas leyes. También necesitamos un sector público profesional y consciente de que se trabaja con recursos de todos.

-¿Cuáles serán los desafíos más importantes o prioritarios para 2026?

El principal será la creación de empleo. Aunque el empleo adecuado mejoró, el 37% sigue siendo insuficiente. Si tuviéramos empleo adecuado del 50, 60, 70 u 80%, la dinámica económica sería otra. Para eso se necesita: Inversión privada, más inversión extranjera y buen ritmo de exportaciones no petroleras, que crecieron casi 20% respecto a 2020. Es clave garantizar estabilidad y confianza para inversiones.

-Tras el NO a la Asamblea Constituyente, ¿qué caminos le quedan al Gobierno para apalancar la economía nacional?

Seguir la hoja de ruta de los proyectos económicos urgentes. Como la Constituyente ya no es opción, esa será la vía. Lo importante será mantener la mayoría: ADN tiene 66 asambleístas, pero los independientes votan según coyuntura. Y cuando se acercan elecciones, algunos suelen alejarse del Gobierno dependiendo del nivel de aprobación presidencial. El Gobierno debería avanzar en reformas durante 2026 para lograr resultados en economía, seguridad y el IESS.

-¿Por dónde empezar esas reformas? ¿Tributario o laboral?

Ambos. El tributario ilegal es lo que no se ha logrado avanzar. En lo tributario, siempre se habla de simplificar. Hay más de 40 impuestos y tasas. Hay que hacer más eficiente la recaudación sin subir impuestos. En lo laboral, estamos con un Código 1937. Para tener resultados distintos hay que hacer cosas distintas. Pero sin retroceder en derechos adquiridos. En todo caso yo creo que hay que buscar una dinámica importante en el aspecto laboral para la contratación, para que los jóvenes puedan insertarse. Si nosotros observamos los proyectos de ley económico urgente que logró aprobar el gobierno, muchos no dan de la mano los incentivos laborales, pero cuando tú contratas más personas, cuando la empresa siente que hay perspectivas, que hay crecimiento, que hay estabilidad, que yo puedo hacer planificación de largo plazo para hacerlo, y así eso tenemos que hacer para que exista un mejor aprovechamiento de los incentivos laborales. Hay que facilitar la contratación, especialmente para jóvenes.

-¿Se debería insistir en el trabajo por horas?

Yo creo que sí. Es fundamental incorporarlo. Ya hubo un rechazo en la consulta de 2023, pero hay que buscar otros mecanismos.En otros países funciona y beneficia tanto a jóvenes como a adultos mayores productivos. Es importante que las personas también entiendan que esto involucra pagar lo proporcional al salario, a los décimos y a todos los beneficios sociales que son importantes de tener presente, en todo caso yo creo que ojalá avancemos en un sentido para poder tener en algún momento un salario por horas y eso va a beneficiar no solo a los jóvenes,  sino a aquellas personas que están, por ejemplo, en una edad productiva de unos 60, 65 años, están jubiladas y pueden trabajar las semanas por tanto, ellos son productivos y creo que deberíamos aprovechar eso. 



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