Divisiones internas y críticas
La gestión de Iza generó tensiones, particularmente por el acuerdo entre Pachakutik y la Revolución Ciudadana (RC) en las elecciones de abril de 2025. Esto provocó descontento en sectores indígenas. Jorge Herrera, expresidente de la Conaie, señaló que estas decisiones dividieron a la organización, y destacó la necesidad de reparar el tejido comunitario para presentar propuestas sólidas al Estado. “No somos candidatura de ningún partido político, somos de los territorios”, afirmó Vargas, buscando distanciarse de alineaciones partidistas.
La reciente expulsión de seis asambleístas de Pachakutik, incluida Cecilia Baltazar, por apoyar leyes del gobierno de Noboa, refleja las fracturas internas. Baltazar valoró la disposición de Vargas al diálogo, afirmando: “Los levantamientos a ciegas no han dado resultado; un dirigente debe entregar propuestas”. Vargas dejó claro que, aunque prioriza el diálogo, el movimiento está preparado para protestar si las demandas indígenas no son atendidas. “Sabemos dialogar, pero también sabemos resistir”.
Contexto político y expectativas
La elección de Marlon Vargas llega en un momento crítico para la Conaie, que busca recuperar su cohesión tras años de polarización. La organización, la más grande del país, ha liderado históricas movilizaciones contra políticas extractivas y económicas. Sin embargo, enfrenta el desafío de equilibrar la resistencia con el diálogo en un contexto de crisis de seguridad y cambios políticos. La relación con el gobierno de Noboa será clave, especialmente en temas como la minería, donde las comunidades exigen el cumplimiento de sus derechos.
Marlon Vargas ha recibido un mandato para convocar un posible levantamiento contra la extracción minera, pero su enfoque inicial se centra en escuchar a las bases. Las próximas semanas serán decisivas para determinar si la Conaie opta por una relación armónica o confrontacional con el Ejecutivo. Esto, en función de los resultados de estas consultas internas.