La salud pública en Ecuador ha dado un paso significativo hacia el fortalecimiento del bienestar materno-infantil. El Ministerio de Salud Pública (MSP), mediante la ejecución del ambicioso Proyecto Ecuador Libre de Desnutrición Infantil (PELDI), ha concretado una adquisición masiva de insumos médicos que beneficiará directamente a uno de los grupos más vulnerables y prioritarios de la sociedad: las mujeres embarazadas. Esta operación, valorada en 1,5 millones de dólares, no es solo una transacción administrativa, sino una medida de protección integral destinada a asegurar el futuro de las nuevas generaciones desde el vientre materno.
La compra incluye un lote impresionante de 25 millones de tabletas compuestas por sales de hierro y ácido fólico. Estos micronutrientes son la primera línea de defensa médica para combatir dos de los flagelos más persistentes en la salud pública nacional: la anemia gestacional y la Desnutrición Crónica Infantil (DCI). La estrategia del Gobierno Nacional, canalizada a través del MSP, busca incidir directamente en las estadísticas vitales, proporcionando a las gestantes las herramientas fisiológicas necesarias para llevar a término un embarazo saludable y seguro.
Beneficio para mujeres embarazadas
El impacto de estos suplementos en la salud de las mujeres embarazadas es profundo y científicamente respaldado. Desde el momento del primer control prenatal, la ingesta de hierro es crucial para prevenir la anemia, una condición que puede complicar severamente el parto y la recuperación postparto. Paralelamente, el ácido fólico juega un papel determinante en las primeras semanas de gestación, siendo esencial para el correcto desarrollo neurológico del feto y la prevención de malformaciones congénitas. Al asegurar la disponibilidad de estos compuestos, el sistema de salud pública está invirtiendo en la prevención de complicaciones que, a largo plazo, representan un costo humano y social incalculable.
Paoly Alomoto, quien lidera la gerencia del Proyecto Ecuador Libre de Desnutrición Infantil, enfatizó la trascendencia de esta inversión. Según sus declaraciones, los recursos destinados reflejan un compromiso ineludible del Estado con la vida. “Estos suplementos representan una ayuda fundamental para que las madres puedan llevar embarazos más seguros y sus hijos lleguen al mundo con mejores oportunidades. Cada tableta contribuye a que niñas y niños crezcan sanos desde el inicio de la vida“, afirmó la funcionaria, subrayando la visión humanista detrás de la logística de abastecimiento.
Distribución de medicamentos
La logística para hacer llegar estos insumos a las beneficiarias ha sido planificada meticulosamente. La distribución de los 25 millones de tabletas se realizará en función de la demanda real y las necesidades específicas de los establecimientos de salud distribuidos en las nueve coordinaciones zonales del país. Este esquema de distribución estratégica tiene un objetivo claro: garantizar un stock continuo y suficiente por un período de 12 meses. De esta manera, se busca evitar el desabastecimiento y asegurar que ninguna mujer que acuda a sus controles se quede sin su medicación preventiva.
Las cifras respaldan la magnitud del esfuerzo. Hasta diciembre de 2025, los registros del Ministerio de Salud Pública indican que se ha brindado atención a 214.002 gestantes a lo largo y ancho del territorio nacional. Este volumen de atención representa una cobertura del 87 % en lo que respecta al control prenatal, un indicador que refleja la penetración y eficacia de los servicios de salud. A todas estas usuarias se les ha garantizado el acceso a las prestaciones del “paquete priorizado”, un conjunto de intervenciones diseñadas específicamente para erradicar la desnutrición crónica en niños menores de dos años.
Cuidados en mujeres embarazadas
El enfoque preventivo es el eje central de esta política pública. Al centrar los esfuerzos en las mujeres embarazadas, el Estado ecuatoriano no solo protege la salud de la madre, sino que establece los cimientos para una infancia libre de desnutrición. La disponibilidad de hierro y ácido fólico en la red pública de salud elimina barreras económicas de acceso, democratizando el derecho a un nacimiento saludable y reafirmando la responsabilidad estatal de velar por sus ciudadanos desde la etapa más temprana de su desarrollo. Con esta inversión de 1,5 millones de dólares, Ecuador envía un mensaje claro: la salud materna es una prioridad impostergable.
